Hoy no me siento prodigioso para escribir, pero si tengo una gritería en la mente que de alguna forma me tengo que sacar.
Quiero escribir algo grande... oculto... pero muy claro; decir muchas cosas que se me haya olvidado gritar; darme duro y decidirme a aceptarlo. No amar a nadie, y no dejarme amar… al habla idiota confundido.
Tengo mil cosas en la mente ahora, de todas las mujeres que me están dando un golpe en los bajos; son el ramillete de flores en las manos del idiota...
Citando a una amiga, que apenas es escritora emergente, contemporánea…
“un grupo de flores divididas en grupos, 4 colores diferentes, cada una con diferente tonalidad.
nombrables , innombrables. Posibles e imposibles”
No tantas... no todas… no todas Las mujeres de mi vida me están golpeándome ahora, pero las que sí, las estoy dejando golpear… para aprender más.
No escaseo de señales este es mi medio ahora, aquí están mi alaridos enmudecidos, estas hojas no se escuchan, pero cuando se van escribiendo de verdad es una algarabía… no ignoro por completo el mundo, si me importan las cosas… solo estoy esperando dejar de reconocerme como idiota frente a una dama... estoy esperando merecerme a alguien… aprender.
Quien me golpea los bajos, es muy paciente, un poquito glaciar, pero siempre me enseña y renueva mi entendimiento, me hacen temblar sus golpes… aparte no los veo venir; y me falta decisión.
Yo sé tirar golpes bajos, aunque yo mismo los recibo; a quien le intento acertar, no inmuta su comportamiento notablemente, aunque dice que los siente, está fuera de mi razón como recibo tan fuerte el golpe que tiro; resplandores fugaces de ternura y de lo que deseo encuentro… pero como yo se, que comprendió también su punto de idiota, parece que cambia yo tengo esperanza.
También hay quien vacila, con hostigantés y rápidos golpecitos que me desestabilizan, pero no llega a arrollarme, el problema no lo esbozare, porque no acabo de comprenderlo, aunque promete salir bien con mucha ternura, estabilidad, y ganas de dar vida; el knock out que me atropellara no se define y me falta decisión.
De golpes bajos en el pasado aprendí; y antes ya me supere como idiota. Regresan esos golpes que me saben derribar… uno amenaza, pero promete no golpear, el otro se acerca tranquilo y en su actitud perdurable que tanto me encanta, seguro por su poder y por promesas que aun están vigentes, en una época me aniquilaba solo pensarle… arrepentirme…
No hay nadie tan arriesgado como yo quiero
Si alguien me quiere, así como soy no me va a dejar la oportunidad de echarlo a perder... me arrancaría la cabeza de un beso, y me daría una bofetada para que reaccionara antes de hablar... me ayudaría a corregirme y me daría un golpe en los bajos, que con gusto recibiré, seguido de otro beso que me haga caer en doping, y además su hombro para guiarme.
