jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Torpe en una autopista?... lo hago a posta... necesito que me choquen.

Hay sigue… tan lindo, solo, tierno, insatisfecho, goloso de afecto. Hay siguen mis ojos anhelando tocar una mirada de amor y ternura… continúan mis labios deseando ver de cerca tus labios o tu silueta… continúan mis oídos buscando esa soltura de habla que da el amor… mis manos y brazos inquietos por probar el calor de un abrazo o una caricia…

¿Por qué es tan sutil el dolor dentro del amor? Añoraría que el amor me atropellara de repente y no me dejara descansar de tanto entregar… que de golpe me vuele la cabeza hacia la locura de estar perdidamente enamorado…

¿Porque es que no se cansa de gritar? A esos oídos sordos, que hacen enmudecer su voz, solo letras veo, y no me satisfacen meros y escasos “me gusta”, no valen por sus gritos.

No se cansa de gritar a un corazón que debería entender sus palabras, compadecer, admirarse y sentirse alagado por ser tan necesitado y deseado… no se cansa de gritar porque mantiene la esperanza de que sus corazones en un abrazo se fundirán, la esperanza de que su corazón entenderá, aprenderá, lo amara, y cambiara… que triste es que lo sigo teniendo hay, ya casi exhausto por tanto gritar.

¿Quién me puede atropellar de verdad? … por favor. 

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